Se sabe que el mucílago de ciertas cactáceas presenta la capacidad de formar redes moleculares y de retener grandes cantidades de agua en su interior. Debido a esto, se propuso germinar semillas de chía realizando pequeñas incisiones en diferentes especies de cáctus, con el fin de estudiar un nuevo método de germinación in situ, en la propia planta.
Se llevaron a cabo distintos experimentos de germinación con diferentes especies de cactáceas, tras los cuales se pudo observar cómo, de manera exitosa, las semillas de chía germinaron, produciendo brotes comestibles.
Los experimentos se reprodujeron con un n=3, dando resultados similares, demostrando que este método es viable.
Esto abre las puertas a un nuevo tipo de cultivo ecológico, válido para climas secos o desérticos, que permitiría la producción de brotes de chía, los cuales tienen gran valor nutricional y energético, en zonas donde la escasez de agua dulce es elevada.