En función de la calidad en la alimentación y de los hábitos de higiene bucal, el estado físico-emocional se ve afectado a través del desarrollo de las bacterias de la boca e intestino. Estudiando la presencia y cantidad de estas bacterias, se pretende prevenir su desarrollo y así contribuir a una mejor salud física y psíquica. Se promociona, de este modo, la utilidad y necesidad de consumir alimentos que estimulen la extinción de bacterias nocivas. También se trata de mejorar los modos y momentos en que se realiza la higiene bucal, hábitos de ingesta más adecuados y alimentos más o menos adecuados.
La boca es un enorme ecosistema de bacterias que, al no ser visibles a simple vista, no solemos darle la importancia que se merece. De un adecuado mantenimiento de este sistema depende nuestra salud física e incluso emocional. Un exceso de bacterias nocivas en la boca puede ocasionar desde infecciones y deterioro dental hasta enfermedades como alzheimer. La presencia en la flora bucal de bacterias como la "Centipeda periodonti" es un indicador de ansiedad pues esta bacteria afecta a la producción de neurotransmisores. Otras bacterias -como el género "Coprococcu"-, pueden llegar a causar inflamación y afectar comunicación neuronal, generando malestar físico y emocional. Unos buenos hábitos alimentarios y una adecuada higiene bucal mejorarán nuestro estado anímico y físico.